miércoles, 22 de agosto de 2012

Sin silencio no habría música

A menudo, vivimos inmersos en multitud de ruidos que nos privan del silencio necesario para poder discernir y apreciar algo tan bello como la buena música. Igualmente, en la vida, en muchos casos, Dios no se mantiene silencioso, simplemente no le podemos escuchar en medio de tanto ruido. Busquemos pues el silbo apacible que nos indique el camino a un Dios que lleva ya mucho tiempo llamándonos. No tengamos miedo del silencio, es el paso previo a la mejor sinfonía.